
Introducción
¿Te has esforzado en el gimnasio, has cuidado tu dieta y has optimizado tus entrenamientos, pero sientes que tu vitalidad, tu deseo y tu rendimiento sexual no están al mismo nivel? No estás solo. Es una frustración silenciosa y común. Muchos hombres y mujeres se centran en la estética y la fuerza, asumiendo que la salud sexual mejorará automáticamente como un simple efecto secundario. A veces lo hace, pero para alcanzar un verdadero pico de bienestar íntimo, se necesita un enfoque más inteligente y específico.
Este no es otro artículo genérico que te dirá que "hagas más ejercicio". Esta es tu guía definitiva, tu mapa de ruta estratégico. Vamos a posicionar la salud sexual no como un apéndice del fitness, sino como un pilar central de tu bienestar general. Te prometemos una guía holística y profundamente detallada que unirá los tres pilares fundamentales:
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El Cuerpo: A través del entrenamiento de fuerza estratégico, una nutrición de precisión y un descanso reparador.
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Los Músculos Específicos: Centrándonos en el gran olvidado y potentísimo suelo pélvico.
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La Mente: Utilizando el poder del mindfulness para combatir el estrés y la ansiedad, los mayores saboteadores del deseo y el rendimiento.
Al final de este artículo, no solo entenderás la ciencia detrás de una vida sexual plena, sino que tendrás un arsenal de herramientas prácticas y respaldadas por la ciencia para llevar tu salud íntima a un nivel que nunca creíste posible. Prepárate para conectar los puntos y construir una vitalidad que se sienta tanto dentro como fuera del dormitorio.
La Ciencia Detrás de una Salud Sexual Plena
Para poder mejorar algo, primero debemos entender cómo funciona. La sexualidad humana es una compleja interacción de hormonas, circulación sanguínea y estados psicológicos. Lejos de ser un tema tabú, es una faceta de nuestra biología que merece ser entendida con claridad y sin mitos.
El Eje Hormonal: Testosterona, Estrógeno y el Saboteador Silencioso, el Cortisol
Las hormonas son los mensajeros químicos de nuestro cuerpo y orquestan funciones vitales, incluyendo el deseo, la excitación y la función sexual.
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Testosterona: La testosterona es la principal hormona sexual masculina, aunque también es crucial para las mujeres en menor cantidad. En los hombres, es la principal impulsora de la libido (deseo sexual), juega un papel vital en la calidad de las erecciones, la producción de esperma y los niveles de energía. Niveles bajos de testosterona, una condición conocida como hipogonadismo, están directamente asociados con una disminución del deseo sexual, disfunción eréctil y fatiga (Rastrelli et al., 2018). Si bien los niveles disminuyen naturalmente con la edad, factores como el estilo de vida, la nutrición y el entrenamiento pueden influir drásticamente en su producción.
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Estrógeno: Aunque se considera una hormona femenina, el estrógeno también es vital para la salud sexual masculina. Se produce a partir de la testosterona a través de un proceso llamado aromatización. En hombres, el estrógeno ayuda a modular la libido, la función eréctil y la espermatogénesis. El problema no es el estrógeno en sí, sino el desequilibrio. Niveles demasiado altos o demasiado bajos en relación con la testosterona pueden causar problemas, incluyendo disfunción eréctil y reducción del deseo (Schulster et al., 2016). Un estilo de vida saludable ayuda a mantener este delicado equilibrio.
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Cortisol: El cortisol es nuestra principal hormona del estrés. En situaciones de "lucha o huida", es increíblemente útil. Sin embargo, en el mundo moderno, el estrés crónico (laboral, financiero, emocional) mantiene nuestros niveles de cortisol elevados constantemente. El cortisol tiene una relación inversa con la testosterona. Cuando el cortisol es alto, tiende a suprimir la producción de testosterona. Fisiológicamente, tiene sentido: en un estado de amenaza constante, el cuerpo prioriza la supervivencia sobre la procreación. El estrés crónico, por lo tanto, no solo te "distrae" mentalmente del sexo, sino que ataca directamente la base hormonal de tu deseo.
Salud Cardiovascular y Flujo Sanguíneo
Piensa en tu sistema cardiovascular como las tuberías y la bomba de tu cuerpo. Una salud sexual óptima, especialmente en lo que respecta a la función eréctil en los hombres y la excitación en las mujeres, depende fundamentalmente de un flujo sanguíneo robusto.
La erección es un evento puramente hemodinámico. Se inicia con señales nerviosas que relajan los músculos lisos de las arterias del pene, permitiendo que la sangre llene los cuerpos cavernosos. Para que esto ocurra eficientemente, tus vasos sanguíneos deben ser flexibles y estar libres de obstrucciones.
Aquí es donde entra en juego la salud del corazón. Las mismas condiciones que conducen a enfermedades cardíacas, como la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), la hipertensión y el colesterol alto, afectan directamente a los pequeños vasos sanguíneos del pene y la zona pélvica. De hecho, la disfunción eréctil a menudo se considera un "canario en la mina de carbón", un predictor temprano de una futura enfermedad cardiovascular (Gandaglia et al., 2014). Cualquier cosa que hagas para mejorar tu salud cardiovascular; ejercicio, una dieta saludable, no fumar, etc. tendrá un impacto directo y positivo en tu función sexual.
El óxido nítrico () es una molécula crucial en este proceso. Actúa como un vasodilatador, señalando a las arterias que se relajen y se abran. Muchos de los factores de estilo de vida que discutiremos, desde la nutrición hasta el ejercicio, funcionan en parte mejorando la producción y disponibilidad de óxido nítrico en el cuerpo.
Factores Psicológicos
El órgano sexual más importante es, sin duda, el cerebro. El deseo comienza en la mente. El estrés, la ansiedad, la depresión y la baja autoestima pueden apagar la llama de la libido más rápido que cualquier factor fisiológico.
La "ansiedad por el rendimiento" es un círculo vicioso particularmente destructivo. Te preocupa no poder "rendir", esa preocupación genera estrés, el estrés libera cortisol (que, como vimos, inhibe la función sexual), y la dificultad resultante confirma tus miedos iniciales, aumentando la ansiedad para la próxima vez. Es una profecía autocumplida impulsada por la mente.
Además, el estado de "espectador" (spectatoring), donde en lugar de estar presente y experimentar las sensaciones, te conviertes en un observador crítico de tu propio rendimiento, es un asesino de la excitación. Te saca del momento y te mete en tu cabeza, un lugar donde el placer raramente reside.
Aquí es donde se revela la insuficiencia de un enfoque puramente físico. Puedes tener una testosterona perfecta y un corazón de atleta, pero si tu mente está secuestrada por el estrés y la ansiedad, tu salud sexual sufrirá. Es en este punto donde debemos hacer un puente crucial hacia una de las herramientas más poderosas y subestimadas de nuestro arsenal. Para combatir la ansiedad por el rendimiento, el estrés crónico y el estado de "espectador", debemos aprender a entrenar nuestra mente. Aquí es donde prácticas como el mindfulness se convierten en nuestros mayores aliados, una habilidad que exploraremos en profundidad más adelante.

El Triángulo del Rendimiento: Entrenamiento, Nutrición y Sueño
Estos tres pilares son la base de cualquier programa de fitness, y su impacto en la salud sexual es directo y profundo. Optimizarlos no es una opción, es una necesidad.
Entrenamiento de Fuerza
El entrenamiento de resistencia, especialmente cuando se utilizan ejercicios compuestos y multiarticulares, es una de las herramientas más eficaces para crear un entorno anabólico y hormonalmente favorable en el cuerpo.
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La Clave está en los Ejercicios Multiarticulares: Ejercicios como las sentadillas, el peso muerto, el press de banca y el remo con barra reclutan una gran cantidad de masa muscular simultáneamente. Este alto grado de reclutamiento muscular crea una demanda metabólica significativa, lo que a su vez provoca una respuesta hormonal aguda post-entrenamiento. Varios estudios han demostrado que los protocolos de entrenamiento de fuerza que involucran grandes grupos musculares resultan en aumentos transitorios pero significativos de hormonas anabólicas, incluyendo la testosterona y la hormona del crecimiento (Kraemer & Ratamess, 2005). Si bien estos picos son temporales, la práctica constante de este tipo de entrenamiento contribuye a un mejor perfil hormonal a largo plazo, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la grasa corporal, todo lo cual es beneficioso para la producción de testosterona.
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Intensidad y Volumen: Para maximizar esta respuesta, el entrenamiento debe ser suficientemente intenso. Esto significa trabajar con cargas que sean desafiantes (generalmente en rangos de 6 a 12 repeticiones) y con un volumen adecuado. Un programa bien periodizado que equilibre la intensidad y la recuperación es fundamental. El sobreentrenamiento, por otro lado, puede ser contraproducente, elevando el cortisol y suprimiendo la función gonadal.
Nutrición Óptima
Tu cuerpo no puede producir las hormonas y neurotransmisores necesarios para una función sexual óptima si no le proporcionas los ladrillos adecuados. La nutrición de precisión es clave.
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Micronutrientes Esenciales:
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Zinc: A menudo llamado el "mineral maestro" para la salud masculina. El zinc es un cofactor esencial para cientos de enzimas y juega un papel directo en la producción de testosterona. La deficiencia de zinc está fuertemente correlacionada con el hipogonadismo en los hombres (Prasad et al., 1996).
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Fuentes ricas en Zinc: Ostras (la fuente más potente), carne roja magra, aves, mariscos, semillas de calabaza, anacardos.
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Vitamina D: Conocida como la "vitamina del sol", en realidad funciona como una pro-hormona en el cuerpo. Existe una correlación significativa entre los niveles de vitamina D y los niveles de testosterona total. Un estudio encontró que los hombres con niveles suficientes de vitamina D tenían niveles de testosterona significativamente más altos que los hombres con deficiencia (Pilz et al., 2011).
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Fuentes de Vitamina D: Exposición solar directa (la mejor fuente), pescados grasos (salmón, caballa, sardinas), yemas de huevo, alimentos fortificados.
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Grasas Saludables: El Combustible Hormonal Las hormonas esteroides, como la testosterona, se sintetizan a partir del colesterol. Una dieta extremadamente baja en grasas puede perjudicar la producción hormonal. Es crucial consumir suficientes grasas saludables.
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Grasas Monoinsaturadas: Aceite de oliva virgen extra, aguacates, almendras.
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Grasas Poliinsaturadas: Pescados grasos (omega-3), nueces, semillas de chía y lino.
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Grasas Saturadas: Deben provenir de fuentes de calidad como carne de pasto, aceite de coco y yemas de huevo, en moderación. Un estudio en la Journal of Applied Physiology encontró que las dietas con mayores cantidades de grasas monoinsaturadas y saturadas se asociaban con niveles más altos de testosterona en reposo (Volek et al., 1997).
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Control de la Grasa Corporal: El tejido adiposo (grasa corporal) no es inerte; es metabólicamente activo. Contiene la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estrógeno. Un exceso de grasa corporal, especialmente la grasa visceral alrededor del abdomen, puede llevar a una sobre-aromatización, disminuyendo la testosterona libre y aumentando los niveles de estrógeno, lo que altera el equilibrio hormonal crucial del que hablamos antes.
El Poder del Descanso: La Recarga Hormonal Nocturna
Puedes entrenar perfectamente y comer de manera impecable, pero si tu sueño es deficiente, estás saboteando tus esfuerzos. El sueño es el período más importante para la recuperación física y la regulación hormonal.
La mayor parte de la liberación diaria de testosterona en los hombres ocurre durante el sueño, específicamente durante las fases de sueño profundo. La fragmentación del sueño o la restricción crónica del mismo interrumpe este proceso vital.
Un estudio de la Universidad de Chicago (Leproult & Van Cauter, 2011) tomó a un grupo de hombres jóvenes y sanos y restringió su sueño a cinco horas por noche durante una semana. El resultado fue una caída del 10-15% en sus niveles de testosterona diurnos. Esto es el equivalente a envejecer de 10 a 15 años en solo una semana.
Además, la falta de sueño aumenta drásticamente los niveles de cortisol. Como hemos establecido, el cortisol es el enemigo directo de la testosterona y la libido. Dormir entre 7 y 9 horas de calidad por noche no es un lujo; es una necesidad biológica fundamental para mantener un eje hormonal saludable y, por extensión, una vida sexual vibrante.

Más Allá del Gimnasio: El Rol del Suelo Pélvico y la Mente
Esta es la sección que te diferenciará. La mayoría de los consejos de fitness se detienen en el entrenamiento de fuerza y la nutrición. Nosotros vamos más allá, abordando dos de las áreas más impactantes y a menudo ignoradas: la musculatura específica del suelo pélvico y el entrenamiento de la mente.
El Fortalecimiento del Suelo Pélvico (Ejercicios de Kegel)
Cuando piensas en músculos, probablemente imaginas tus bíceps o tus cuádriceps. Pero hay un grupo de músculos internos que son absolutamente cruciales para la función sexual, y la mayoría de los hombres (y muchas mujeres) ni siquiera son conscientes de su existencia.
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¿Qué es el suelo pélvico? Imagina una hamaca o un cabestrillo de músculos que se extiende desde el hueso púbico en la parte delantera hasta el coxis en la parte trasera. Este es tu suelo pélvico. Sostiene tus órganos pélvicos (vejiga, intestinos) y rodea la uretra y el recto. En los hombres, músculos clave como el bulboesponjoso y el isquiocavernoso son parte de este grupo. Estos músculos tienen funciones vitales:
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Función Eréctil: El músculo isquiocavernoso ayuda a estabilizar el pene erecto. El músculo bulboesponjoso se contrae durante la erección para ayudar a atrapar la sangre dentro del pene, contribuyendo a la rigidez.
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Control Eyaculatorio: El músculo bulboesponjoso se contrae rítmicamente durante el orgasmo para impulsar el semen a través de la uretra. Un mayor control sobre este músculo puede traducirse en un mayor control sobre la eyaculación.
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Intensidad del Orgasmo: Un suelo pélvico fuerte y reactivo conduce a contracciones orgásmicas más potentes y placenteras.
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Un suelo pélvico débil puede contribuir a la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y orgasmos menos intensos. Un estudio fundamental publicado en BJU International encontró que un programa de ejercicios para el suelo pélvico ayudó al 40% de los hombres con disfunción eréctil a recuperar la función eréctil normal y a otro 35.5% a mejorarla significativamente (Dorey et al., 2005).
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Cómo hacer Ejercicios de Kegel correctamente (para hombres):
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Identifica los Músculos: La forma más fácil de encontrarlos es intentar detener el flujo de orina a mitad de camino. Los músculos que usas para hacer eso son los músculos de tu suelo pélvico (específicamente, el pubococcígeo). Importante: Haz esto solo para identificar los músculos; no hagas Kegels regularmente mientras orinas, ya que puede interferir con la función de la vejiga. Otra forma es imaginar que estás tratando de evitar soltar gases. La contracción interna que realizas utiliza los mismos músculos.
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La Técnica: Una vez que hayas identificado los músculos, puedes hacer los ejercicios en cualquier posición, aunque es más fácil empezar acostado.
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Vacía tu vejiga.
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Contrae los músculos del suelo pélvico y mantenlos apretados durante 3-5 segundos. Asegúrate de no contraer los músculos del abdomen, los glúteos o los muslos. Respira normalmente.
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Relaja los músculos completamente durante 3-5 segundos. La relajación es tan importante como la contracción.
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Eso es una repetición.
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Rutina de Inicio:
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Contracciones Lentas (Resistencia): Realiza 10-15 repeticiones de contracciones de 5 segundos, seguidas de 5 segundos de relajación.
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Contracciones Rápidas (Reactividad): Después de las lentas, realiza 10-15 contracciones rápidas y potentes, contrayendo y relajando los músculos tan rápido como puedas.
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Frecuencia: Intenta hacer este conjunto de ejercicios 2-3 veces al día. La consistencia es la clave. Nadie sabrá que los estás haciendo, puedes realizarlos en tu escritorio, en el coche o mientras ves la televisión.
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El Poder de la Mente (Mindfulness y Gestión del Estrés)
Como establecimos, un cuerpo optimizado puede ser saboteado por una mente estresada. El mindfulness, o la atención plena, es el entrenamiento de fuerza para tu mente.
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¿Qué es el mindfulness? Mindfulness es la práctica de prestar atención deliberadamente al momento presente, sin juzgar. No se trata de "vaciar la mente", sino de observar tus pensamientos, sensaciones corporales y emociones a medida que surgen, sin quedar atrapado en ellos. Es el antídoto directo al estado de "espectador" y a la ansiedad por el rendimiento.
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La Conexión Mente-Cuerpo para la Salud Sexual: El mindfulness tiene un doble impacto poderoso en la salud sexual:
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Reducción del Cortisol: La práctica regular de mindfulness ha demostrado reducir la reactividad al estrés y disminuir los niveles de cortisol en reposo (Creswell & Lindsay, 2014). Al calmar el sistema nervioso simpático ("lucha o huida") y activar el sistema parasimpático ("descanso y digestión"), creas un estado fisiológico que es propicio para la excitación sexual. La excitación y la erección son procesos dominados por el sistema parasimpático. No puedes estar en modo "lucha o huida" y en modo "excitación" al mismo tiempo.
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Mejora de la Conexión Sensorial: La ansiedad te saca del cuerpo y te mete en la cabeza, en un bucle de preocupaciones futuras. El mindfulness te ancla de nuevo en el presente, en las sensaciones físicas del momento: el tacto, la respiración, el calor. Al centrarte en las sensaciones reales en lugar de en los pensamientos ansiosos, no solo reduces la ansiedad por el rendimiento, sino que aumentas la intensidad de la experiencia y el placer. Un estudio sobre mujeres con problemas de excitación sexual encontró que un programa de terapia basada en mindfulness mejoró significativamente el deseo, la excitación, la lubricación y la satisfacción sexual general (Brotto et al., 2014). Aunque el estudio se realizó en mujeres, los principios de reducción de la ansiedad y mejora del enfoque sensorial son universalmente aplicables.
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Cómo Empezar con Mindfulness:
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Respiración Consciente: Siéntate en un lugar tranquilo. Cierra los ojos. Simplemente lleva tu atención a tu respiración. Siente el aire entrando por tu nariz, llenando tus pulmones, y saliendo. No intentes cambiarlo. Cuando tu mente divague (y lo hará), simplemente nota a dónde se fue y suavemente, sin juzgarte, tráela de vuelta a la respiración. Empieza con 5 minutos al día.
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Escaneo Corporal: Acuéstate. Lleva tu atención a las sensaciones en tus pies. Luego a tus tobillos, pantorrillas, y así sucesivamente, subiendo lentamente por todo tu cuerpo. El objetivo no es cambiar nada, solo notar las sensaciones presentes (calor, hormigueo, presión, etc.). Esto fortalece la conexión mente-cuerpo.
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Suplementación con Respaldo Científico: Potenciadores Naturales de tu Bienestar
El mercado de los suplementos para la "mejora masculina" está lleno de productos dudosos y promesas exageradas. Aquí, nos centraremos exclusivamente en suplementos con un grado razonable de evidencia científica que apoyan los sistemas que ya hemos discutido.
Zinc: El Mineral Maestro de la Testosterona
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Mecanismo: Como se mencionó, el zinc es indispensable para la producción de testosterona. Actúa como un modulador de la enzima 5-alfa-reductasa y la aromatasa, ayudando a mantener un equilibrio hormonal saludable.
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Evidencia: La investigación es clara en que corregir una deficiencia de zinc puede normalizar los niveles de testosterona (Prasad et al., 1996). La suplementación en individuos con niveles ya adecuados podría no tener el mismo efecto dramático, pero asegurar la suficiencia es crucial.
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Dosis: 15-30 mg de zinc elemental por día, preferiblemente en formas biodisponibles como el picolinato o el citrato de zinc.
Magnesio: El Relajante y Optimizador Hormonal
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Mecanismo: El magnesio es vital para más de 300 reacciones bioquímicas. Ayuda a reducir la unión de la testosterona a la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG), lo que aumenta la cantidad de testosterona "libre" o biodisponible en el cuerpo. También juega un papel crucial en la relajación muscular y la calidad del sueño.
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Evidencia: Un estudio en Biological Trace Element Research encontró que la suplementación con magnesio aumentaba los niveles de testosterona libre y total tanto en individuos sedentarios como en atletas (Cinar et al., 2010).
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Dosis: 200-400 mg por día, preferiblemente en formas como el citrato, glicinato o malato de magnesio, tomadas por la noche para promover el sueño.
Ashwagandha (Withania somnifera): El Adaptógeno Anti-Estrés
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Mecanismo: La Ashwagandha es una hierba adaptogénica, lo que significa que ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés. Su principal mecanismo de acción es la reducción de los niveles de cortisol. Como hemos visto, reducir el cortisol crónicamente elevado puede tener un efecto positivo en los niveles de testosterona.
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Evidencia: Un ensayo controlado aleatorio en hombres con sobrepeso mostró que la suplementación con Ashwagandha durante 8 semanas resultó en una reducción significativa del cortisol y un aumento del 14.7% en los niveles de testosterona en comparación con el placebo (Lopresti et al., 2019).
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Dosis: 300-600 mg de un extracto estandarizado (como KSM-66 o Sensoril) por día.
L-Citrulina: El Precursor del Óxido Nítrico
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Mecanismo: La L-Citrulina es un aminoácido que el cuerpo convierte en L-Arginina, que a su vez es el precursor directo del óxido nítrico (). El es el principal vasodilatador que permite el flujo sanguíneo necesario para la erección. Suplementar con L-Citrulina es más efectivo que con L-Arginina, ya que se absorbe mejor y no es degradada por el hígado.
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Evidencia: Un estudio publicado en Urology encontró que la suplementación oral con L-Citrulina mejoró la dureza de la erección en hombres con disfunción eréctil leve. El número de relaciones sexuales por mes también aumentó (Cormio et al., 2011).
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Dosis: 3-6 gramos de L-Citrulina Malato, tomados unos 60 minutos antes de la actividad física o sexual.
Maca (Lepidium meyenii): El Potenciador de la Libido
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Mecanismo: La Maca es una raíz peruana tradicionalmente utilizada para la energía y la libido. Curiosamente, la investigación sugiere que aumenta el deseo sexual sin afectar directamente los niveles hormonales (testosterona o estrógeno). Su mecanismo exacto aún se está investigando, pero parece actuar a nivel del sistema nervioso central.
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Evidencia: Un metaanálisis de 2010 que revisó varios ensayos controlados aleatorios concluyó que hay evidencia limitada pero positiva para la efectividad de la Maca en la mejora del deseo sexual auto-reportado después de 6 semanas de uso (Shin et al., 2010).
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Dosis: 1.5-3 gramos de polvo de raíz de Maca por día.
Prioriza la Seguridad y la Consulta Profesional
El mundo de los suplementos no está tan regulado como el de los fármacos. Evita a toda costa los productos con nombres extravagantes que prometen resultados milagrosos e instantáneos. A menudo contienen ingredientes no declarados o dosis peligrosas. Antes de comenzar cualquier nuevo régimen de suplementos, es absolutamente esencial que consultes con tu médico o un profesional de la salud cualificado. Pueden evaluar tus necesidades individuales, comprobar si hay posibles interacciones con otros medicamentos y asegurarse de que estás eligiendo productos de alta calidad y seguros.
Conclusión: Tu Salud Sexual es un Pilar de tu Bienestar Integral
Hemos recorrido un largo camino, desde la bioquímica de nuestras hormonas hasta el poder silencioso de nuestra respiración. Si hay una idea que debes llevarte de esta guía exhaustiva, es esta: la verdadera y duradera salud sexual no es el resultado de un truco, una pastilla o un ejercicio aislado. Es la manifestación de un bienestar integral.
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Entiende la Ciencia: Tu vitalidad sexual es un baile entre tus hormonas (testosterona, cortisol), tu salud cardiovascular y tu estado mental. Ignorar uno de estos elementos es como intentar remar con un solo remo.
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Construye la Base: El entrenamiento de fuerza con ejercicios compuestos, una nutrición rica en micronutrientes y grasas saludables, y un sueño profundo y reparador son los cimientos no negociables sobre los que se construye todo lo demás.
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Añade las Herramientas de Precisión: Aquí es donde te elevas por encima del promedio. El fortalecimiento del suelo pélvico con ejercicios de Kegel te da un control físico y una potencia que no sabías que tenías. El entrenamiento de la mente a través del mindfulness te libera de la prisión de la ansiedad y te ancla en el placer del momento presente.
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Suplementa con Inteligencia: Utiliza suplementos con respaldo científico como el Zinc, Magnesio, Ashwagandha o L-Citrulina como potenciadores de un sistema que ya funciona bien, no como un parche para un estilo de vida deficiente.
Tu vida íntima no es un aspecto separado de tu salud; es un reflejo de ella. El mismo esfuerzo que pones en levantar más peso en el gimnasio, en preparar comidas nutritivas o en asegurar tus horas de sueño, debe extenderse al cuidado de tu mente y de los músculos específicos que gobiernan esta área vital.
Invertir en tu bienestar general, cuidar tu cuerpo, nutrir tu mente, fortalecer tu suelo pélvico y descansar adecuadamente no es solo una inversión en tu longevidad o en tu apariencia. Es la mejor y más segura inversión que puedes hacer para una vida íntima plena, conectada y vibrante que dure toda la vida. La vitalidad que buscas no está en un frasco, está en la sinergia de tus hábitos diarios. Empieza hoy.
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